Advierten sobre cuidados a tener en cuenta con los caracoles africanos
En ningún caso manipular directamente con la mano y muchos menos usarlo como mascota. El riesgo está en la baba que contiene parásitos que son peligrosos para los humanos, advierte la doctora Lucía Jiménez, responsable de la dirección de Epidemiología de la Décima Región Sanitaria.
«No tocarlo, en caso de hacerlo debe portar un guante protector. Evitar el contacto con la baba, especialmente con ojos, nariz, boca y heridas. No utilizar el caracol como mascota o carnada. Es un foco transmisor de parásitos que afectan la salud humana», explica la profesional.
Refirió que se trata de una especie nativa de África, científicamente nombrado como «Achatina Fulica» y con la lluvia se vuelve más visible. «Devora todo lo que hay, cultivos jardines y como ya es una especie introducida trae una problemática asociada porque no tiene depredadores naturales que controle su ciclo de reproducción», explicó.
En promedio miden 10 centímetros pero pueden llegar a 20. Es un invasor peligroso. El caracol africano está incluido entre las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del planeta. «Es una plaga que come todo lo que hay. Plantas, líquenes, hongos, animales, basuras, heces, papel, cartón, para colmo se camuflan entre la vegetación, escombros y solares abandonados».
En otro momento señaló que solo la sal los mata. Para eliminarlo que hay que juntarlos en una bolsa de plástico y colocar sal con un poco de agua y enterrar. «Solo la sal les mata. No hay que pisar, ni manosear», advirtió.
Para agarrarlos es necesario utilizar guantes de látex, los cuales deben ser desechados una vez utilizado y depositarlos en una bolsa distinta a la de la basura tradicional. «Si se llega a romper, se debe lavar las manos con abundante agua y jabón y reforzar la limpieza con alcohol o gel antibaterial».
Insistió que las bolsas para juntar los caracoles deben ser bien resistentes. En el caso de usar las del supermercado, reforzarlo. Después de la recolección, se dispone de cal viva con sal para inactivar los especímenes y ayudar al manejo de olores de los moluscos.
La mezcla también se debe esparcir en el terreno de donde se realizó la recolección para evitar el desarrollo de huevos, que en ocasiones no se ven fácilmente. Por cada kilo de cal, se recomienda utilizar cinco cucharadas de sal para un área de dos metros cuadrado.
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