Brasileño detenido es un “peso pesado” del mundo del crimen

En la mañana de este martes, agentes policiales de la división homicidios detuvieron en la vía pública de Ciudad del Este a un ciudadano brasileño, quien en ese momento no portaba ningún documento de identidad. Una vez en sede policial, y con la ayuda de policías brasileños, fue confirmada que se trata de un peligroso delincuente con una vasto antecedente criminal y que estaba actuando en la triple frontera.

El detenido se trata de Roberto Tenorio Bezerra, apodado “Robertinho”, quien de acuerdo a las crónicas policiales publicadas en medios periodísticos de Brasil y Argentina, se trata de un peligroso integrante de la banda criminal Primer Comando Capital (PCC). 

Las andanzas de “Robertinho” datan del 2005 cuando en un operativo de la Policía Civil del Brasil, cayó preso el paraguayo Ernesto Pablo Villalba, sindicado como responsable de enviar toneladas de drogas a San Pablo y la región nordeste del Brasil. Uno de sus socios en aquel entonces era “Robertinho”, quien escapó de las autoridades huyendo hacia nuestro país.

En el 2006, el nombre de Roberto Tenorio Bezerra nuevamente saltó al tapete cuando la Promotoría de Acción Criminal (PIC) de Foz de Yguazú desencadenó un operativo denominado “Albatroz” donde fueron detenidas 18 personas, acusadas de traficar drogas con destino a varias capitales del Brasil. Las autoridades sindicaban a “Robertinho” como el jefe de la banda desarticulada, quien aun estando tras las rejas, comandaba el esquema criminal.

En el 2014, “Robertinho” fue detenido en Puerto Iguazú, Argentina, luego de escapar de una cárcel brasileña donde estaba purgando 30 años de condena por tráfico de drogas. 

El sub comisario Richard Vera, jefe de la división homicidios en Ciudad del Este, relató que en el momento de su detención, “Robertinho” no portaba ningún documento de identidad y estaba a bordo de un automóvil de la marca Fiat Palio, placa AYZ 581. El investigador dijo que una de las estrategias de estas personas es utilizar vehículos de baja gama para no llamar la atención y casi nunca portan documentos, justamente para entorpecer su identificación.